03 julio, 2009

mamás


Ayer en la noche, me percate de nueva cuenta de ese nexo especial que une a madres e hijos.




Como papá primerizo no hay nada que me altere más los nervios y me haga perder el control, que ver llorar a mi princesa, pero sobre todo no saber que tiene, el oirla deseperada por que algo le pasa y el no podernos comunicar es horrible.




Pero si a eso se le suma la deseperación por su mamá cuando ella no esta, la cosa es más grave.




No importan cuando nos esforcemos como papás por nuestros hijos, ellos siempre tendrán una relación especial, distinta y única con su madre.




Podre hacer mil cosas por mantener a mi nena alegre y feliz, comprarle mnuchas cosas, regalarle horas y horas de abrazos y risas, pero no habra nada como un abrazo de mamá en momentos de deseperación.