14 agosto, 2005

La Leyenda Capítulo II El proceso.

Uno de los episodios más negros en la historia del Hombre, es el relativo al control y ala opreisón que sufrió por parte de la Inquisisicón, ya que no solamente se protegía la fe, sino que sirvio de intrumento de control político y hasta de represión y castigo para enemigos de los ciudadnos comunes y corrientes y no solo para los enemigos de la Corona. Lo peor que le podía suceder a una persona era ser acusado ante la inquisición, así fuera sin fundamento alguno, situación que como hemos visto le sucedio a Don Rodrigo y todo por no continuar prestandose a los delitos y barbaridas que DonMartín cometía no solo contra la corona española sino contra inocentes mercaderes de la isla, donde ambos vi´vía.
Despúes de haber sido apresado en casa de Doña Jimena, no importarton los reclamos, ni aún la declaración del ogficial moribundo, sino simplemente las calumnias e infamantes palabras que Don Martín decía.
Antes de investigar sus actos de comercio ilegal o cualqueir cosa, solamente se decidió enviar a Don Rodrigo a ser juzgado por sus actos en contra de la fe, ya que había sido acusado de mantener relaciones con el diablo, quien ademá se comento lo protegía y por eso su riqueza. Lo cual nos lleva a señalar que no hay nada perod en la naturaleza humana que la codicia y la envidia, las cuales siempre iran juntas y son destructivas como ningun otro sentimiento.
Sabiendo Don Rodrgiro que a pesar de su trato con la gente y del bienestar con que vivián sus trabajdores, por el terrible miedo que le tenían a ka inquisición, nadie estaría muy dispuesto a apoyar sus declaraciones, así que para evitar más daños sería mejor confesar y esperar que nadie molestar o hiciera daño a Doña Jimena y su familia.
Por ello al llegar ante la presencia del Inquisdor del puerto solamente se atrevió a decir en voz por dempás solemne, Señor, estoy arrepentido de mis pecados y de los tratso que tenía con Satanas, le pido que me castigues para que mi alma pueda ir en paz.
Conociendo la importancia que tenía una confesión como esa y el reconocimiento de sus faltas el inquisdor, solamente señalo, serás castigado de forma que tu alma pueda descansar , pero no olvides que aún así antes deberás de sufrir tormento para que nos digas quienes son tus complices.
Señor- grito don Rodrigo,- mi único complice en todos mis actos y fechorías ha sido satanas, he actuado solo, por que su poder lo creí infinito y superuior pero ahora observo que nadie es superiopr a Dios a quien le pido misericordia y le hago participe de mis pecados y falstas en contra de su fe.
Don martín quien estab presente en la misma sala, pro ser el quién había hecho la acusación, falta por supuesto de todo fundamento y más por miedo a ser aprehesado y condenado, que por algun motivo, respiraba aliviado, al escuchar esas palabras, ya que como todo cobarde esperaba que alñguien, lo acusara a él también, pero Rodrigo sabía que si intentaba algo contra su compañero de aventuras juveniles, este sería capaz de acusar a su padre de Doña Jimene o pero aún a la misma Jimena, y el no podría soportar el dolor de ver sufrir a su amada o causarle algun mal.
Doña Jimena y su padre, que tamién habían sido conducidos a la misma sala, escuchaban incredulos lo que estaban oyendo, años tenían de conocerse ambas familias y nunca hubieran podido creer, que alguien con un corazón tan noble pudiera decir esas palabras, pero más aún que lo hiciera tan convencido.
Si esta Usted tan seguro y de verdad arrepntido de sus pecados, pase al frente y bese la cruz, y sabremos si sus palabras son sinceras y la fe de verdad ha entrado en su maldito corazón y su alma esta libre de pecado, decía con voz solemne el inquisidor ante la audiencia, que no dejaba de señalar con sus dedos acusadores, y murmurando que tan buena estrella y fortuna no podía haber sido cosa más que obra del mismo diablo.
En medio del gran salon, ante la mirada llena de curiosidad, así como de miedo, don rodrigo avanzaba con paso firme a la cruz que le era presentada al final de la escalinata por el Inquisidor, pero justo delante de la misma, grito con todos su fuerzas mientras aguitaba los brazos,
No aleja eso de mi, nunca podría traicinar a mi maestro el Señor del mal, alejada de mi inmediatamente.
En ese momento y ante el inminente ataque que parecia sufriría el inquisidor por parte de don Rodrigolos guardis lo detuvieron y no sin antes luchar y con grandes efuerzos pudieron someterlo.
vez tu arrepentimiento no ha sido tal y por eso sin más dilaciones te condeno a ser quemado vivo, para que tu alama maldita y blasfema encuentre la paz y la tranquilidad.
Los gritos de dolor y desconcierto de Doña Jimene inundaban el salon, antes de caer desfallecida, por lo cual su padre con la ayuda de algunos sirvientes tuvo que sacarla de dicho salón, y adem,ás aprovecgharon para alejarse a toda velocidad de dicho lugar, ya que el Señor temía no solo por el estado de su hija, sino también por su seguridad y futuro.

2 Comments:

At 11:48 a.m., Blogger Patricia said...

oye velo poniendo en orden para que en menso de lo que pienses lo publique no??

saludos!!!

 
At 3:27 p.m., Blogger Gabriela Buendía y Adolfo Ramírez said...

veras paty que no hay orden, por que es una historia que voy escribiendo en mis ratos lbres, que por las clases y el litigio cada vez son menos, perro si estoy guardando un archivo con la impresión de cada parte, así que quizá algun día si lo públique.

 

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